No cabe duda de que Irlanda ha tenido mucho éxito a la hora de atraer inversiones extranjeras directas (IED) de alto valor, tanto de empresas bien establecidas como de alto crecimiento, especialmente de Estados Unidos. El historial está bien publicitado y promocionado: 9 de cada 10 empresas mundiales de software, 9 de cada 10 empresas farmacéuticas mundiales, 15 de las 20 principales empresas de tecnología médica, más del 50% de las principales empresas de servicios financieros del mundo, etc., han establecido operaciones importantes en Irlanda.
Es difícil discutir el éxito, pero la promoción y el marketing de Irlanda como sede de inversiones de IED se reducen con demasiada frecuencia a una lista de puntos de alto nivel de "por qué Irlanda":
Acceso al talento cualificado en toda la UE
Acceso al mercado de la UE
Sistema normativo y fiscal eficiente y en línea
Bajo coste de los negocios
Zona euro
Habla inglesa
Ubicación física
Estos hechos de alto concepto y de alto nivel son ciertamente razones importantes por las que Irlanda ha tenido tanto éxito en la atracción de IED, y deberían formar parte del marketing y la promoción de Irlanda como sede de IED.
Pero, por muy importantes que sean estos hechos de alto concepto y alto nivel, son sólo un comienzo, ya que pasan por alto una razón más importante por la que las empresas de IED han tenido tanto éxito al establecerse y operar en Irlanda: las culturas empresarial y social de Irlanda en la que dichas empresas de IED y sus empleados realmente operan, trabajan y viven.
La cultura es una gran palabra y es crucial para cualquier empresa de IED que decida dónde establecerse en Europa. Las culturas empresariales y sociales entrelazadas de un país afectan a todas las facetas de la vida empresarial de una empresa y a la vida de sus empleados. En última instancia, las culturas empresarial y social de la sociedad que elija una empresa de IED determinarán la
la rapidez y la eficacia a la hora de establecer operaciones en Europa; y
el éxito de esas operaciones en Europa.
Irlanda es un país europeo único en el sentido de que no sólo es el Estado miembro de la UE más cercano geográficamente a EE.UU., sino también el más cercano culturalmente. Cuando se les pregunta cómo ven los alemanes a Irlanda, las respuestas podrían resumirse como "terca, creativa y poco europea". [i]
Y hay mucho de cierto en ello. Un ejemplo claro es la cultura laboral de Irlanda. Las empresas estadounidenses, sobre todo las tecnológicas, encontrarán en Irlanda una cultura de trabajo no muy diferente a la de Estados Unidos: una cultura de trabajo familiarizada con la cultura de trabajo tecnológica y que se adapta y acepta fácilmente.
Junto con la refrescante política económica irlandesa, es el hecho de que las empresas y el personal extranjeros encuentren la cultura empresarial y social irlandesa fácil de entender y adaptar, y por tanto de navegar, gestionar, operar, trabajar y vivir en ella, lo que hace que Irlanda sea un lugar tan exitoso para la IED.
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